Para cortar una rosca, primero se debe producir un agujero cilíndrico. Los extremos del taladro deben desbarbarse y convertirse en superficies cónicas truncadas antes de roscar.
Este proceso suele denominarse avellanado y las herramientas avellanadores. El avellanado en forma de embudo facilita la fijación del grifo. Por lo tanto, debe realizarse antes del roscado. La ventaja adicional del proceso de avellanado es la creación de espacio para las cabezas de los tornillos.
Puesto que hay diferentes cabezas de tornillo, también hay avellanadores de ajuste diferente. Se distingue entre avellanadores planos y avellanadores planos y avellanadores cónicos. El avellanador produce un cono truncado para los llamados tornillos avellanados en el ángulo correspondiente (cabeza cónica de 90°). El avellanador produce un cilindro para los llamados tornillos de cabeza cilíndrica (tornillos de hexágono interior).